Fuego, Fuego Pantalones en Fuego

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Querida Lindsey

Hace una década estábamos eufóricos por haber ocupado nuestra nueva casa enDSCN2622 Grand Blanc, Michigan.  El mudarnos de una casa vieja de 40 años a una casa “Ganadora de Desfile de Hogares” y de  2 años de construida fue una gran bendición.  El agente de bienes y raíces había señalado el bello techo estilo catedral adornado por el candelabro de “cristal cortado y chapado en oro de 14 quilates”, el cual coordinaba con los candelabros en las paredes contiguas.  Nunca antes había tenido algo tan lujoso.  Un puente balcón en el segundo piso estaba atrás de estos.  Así que los que veían desde arriba podían ver a la puerta de enfrente o bajar sus ojos y ver la gran sala.  A menudo bromeaba diciendo que desearía que hubiese sido un puente levadizo, para poner a los niños en sus camas y levantar el puente, y así no tuviesen forma de regresar a la sala hasta que yo lo considerara permisible.

No mucho tiempo después de mudarnos teníamos la casa llena de socios de negocios, algunos de los cuales eran también amigos íntimos, algunas nuevas amistades, vinculados por la comunidad de los negocios.   Con gusto los lleve por el requerido recorrido por la nueva casa, señalando las características que aún estaban frescas en mi memoria, como me había mostrado el agente de bienes y raíces que hizo la venta.

Cuando cruzábamos el puente, mencione mi broma usual del “puente levadizo” y continúe caminando hacia el cuarto de huéspedes.  De repente uno de mis invitados se escuchó desde atrás del grupo que caminaba conmigo “Uh… Creo que tu candelabro esta en fuego”

A voltear vi humo salir de la parte que da a la puerta de entrada.  Rápidamente grite pidiendo que alguien en la parte inferior apagara la luz del candelabro.

Las veinte personas en el recorrido miraban desde el balcón, el resto de los invitados  se reunieron en la parte inferior al escuchar mis gritos de pánico.  Todos miraban anonadados cuando la luz tenue revelo un par de calzoncillos tamaño 4T chispeando y en fuego en uno de los cristales cortados del ahora apagado candelabro.

Más tarde, cuando llame a mi hijo de 4 años a escena  para hacer las  preguntas comunes, “Como” y “Porque”,  simplemente contesto “Me preguntaba ¿dónde se habrán ido?”

Aun puedo sonreírme – Terri

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